By Inés Carrera-Junco
Cuando yo empecé a trabajar aquí, y estábamos en el quinto piso todavía, creo que era la primavera del 2011, Alicia fue la única persona que me ayudó a tener mi primer correo electrónico y Bb.
Alicia me explicó dónde ir a buscar el correo (el sótano) y qué hacer. Me pareció de mucha generosidad porque ella no formaba parte de la jefatura y la verdad lo hizo porque era buena persona.
También, y he aquí donde se demuestra su generosidad de lleno, en ese momento, tener Bb era como ir a la luna y ella y yo estuvimos en su oficina horas tratando de dilucidar por qué no me daban mi Bb y el sistema decía que yo no existía. Finalmente, después de un par de horas, ella y yo fuimos donde Ruru. Me la presentó, y las tres finalmente pudimos entender que HR había dejado dos espacios entre Carrera y Junco y por eso yo no aparecía en el listado del sistema, “not found”, pues no poníamos nada o poníamos un espacio nada más.
Una vez que averiguamos cuál era el problema, yo fui a HR, me cambiaron el apellido en el sistema de CUNY y pude finalmente reclamar mi Bb.
Si no hubiera sido por Alicia, que personalmente se tomó en sus manos que yo consiguiera lo que quería, y que me ayudó a hacerlo, todavía estaría esperando por el Bb, porque una adjunta (agregada, anexo, pegada, etc.) recién llegada tiene poca información y ningún padrino o guía, menos aún entonces.
El ejemplo mío, muestra su infinita generosidad. Generosidad hacia una adjunta, que no es muy difundida, y que se sabe que nunca puede ser repagada. Esto nos habla de su desprendimiento para ayudar a alguien como una especie de hada madrina sin esperar nada a cambio.
Es por eso que creo que el departamento ha perdido a una persona muy especial, de un gran corazón y una gran generosidad. La extrañaremos mucho y cada fiesta de Navidad, off the tangent, extrañaremos sus pasteles venezolanos.