By Jocelyn Soto
… cuando tuve que cruzar la frontera a los tres años. Mi mamá estaba en Estados Unidos y yo vine con una tía y un tío. Se sentía frío en la noche y en el día se sentía un calor muy fuerte. En el desierto había serpientes, iguanas y alacranes. Cuando te tenías que esconder, tenías que meterte en cualquier lugar, pero a veces te metías en lugares donde había espinas. Las espinas las tenías en los tenis, en las manos, en la ropa. Recuerdo que también traían bebés, yo era una niña de tres años y corría lo más rápido que podía y hasta decían que era muy rápida. Me pongo a pensar cuánto una persona sufre para venir a los Estados Unidos. Muchos dicen que uno viene a hacer el mal en este país, pero no, uno viene a luchar, a trabajar y a tener una profesión para que algún día nuestros hijos tengan un mejor futuro.
